Granja Petit Bo es una antigua vaquería del siglo XX redecorada con un gusto exquisito para convertirla en un espacio muy especial para merendar, tomar un brunch, comer o cenar.
Dejando a un lado el componente estético que lo engrandece, la granja destaca por su cuidada oferta culinaria. Tienen una extensa carta de ricas tartas y zumos caseros que consigue que se te haga la boca agua nada más leerla.
En Petit Bo todos los productos son frescos, ecológicos y homemade, además, apuestan por una cocina 100% de elaboración propia. Entre los dulces, destacan sus pasteles caseros, su leche fresca, sus zumos a base de frutas de mercado; en cuanto a los salados, sus quiches de salmón, sus atípicos bocadillos de pan de molde, sus variadas ensaladas, sus platos de pasta y sus tablas de embutidos ibéricos.
El local está decorado con un precioso aire vintage. Las sillas son de madera, hay flores en cada una de las mesas, una pared de ladrillos, azulejos antiguos, bombillas que caen del techo, teteras de hierro y una exquisita vajilla.
En definitiva, un lugar de visita obligada para pasar un buen rato y disfrutar de la buena comida en un lugar con encanto.