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Cirugía de secuelas mamarias

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Crecí rápido, con nueve años estaba muy desarrollada, ya tenía la menstruación y mucho pecho. Siempre supe que mi pecho no era como los de las demás niñas de mi edad, la pediatra lo asociaba al crecimiento tan prematuro y me tranquilizaba diciendo que con el tiempo cambiaría.


Lo dejé pasar, me ponía sujetadores que me comprimían y camisetas muy anchas para disimularlo. Pasaron los años y fue a peor, mucho más grande y más deformado. Nunca me miraba desnuda en el espejo, me daba vergüenza, muchísima vergüenza. Con 15 años ya no podía mas, hablé con mis padres de mi gran complejo que conocían, pero del que nunca hablábamos por el miedo que me causaba enfrentarme a ello.

Encontraron un cirujano que supo darle un nombre a mis pechos, mamas tuberosas o tubulares. Hicieron un gran esfuerzo por mí, y con 15 años me operaron por primera vez. Pasé un posoperatorio malo, muchos dolores y malestar. Cuando las vi por primera vez aprecié un gran cambio, estaban más redondas y menos «anormales». No eran perfectas ni normales del todo, me advirtió que era una operación complicada y que seguramente tendría que someterme a una segunda intervención.

El cirujano que me operó nunca volvió a visitarme, nunca estaba en la clínica y cada vez que iba a la consulta me examinaba alguien diferente. Pasaron los años y, aun operada, estaba muy acomplejada, no eran bonitas, no mejoraban, pero lo disimulaba bien con un sujetador. Nunca se las enseñaba a nadie, el cambio fue significativo pero no lo suficiente para quitarme este gran complejo.

Por fin con 23 años me puse a buscar al mejor cirujano para este tipo de mamas, estaba decidida, quería liberarme de los miedos y los complejos, y así fue como conocí al doctor Junco. Pensé que tener una visita con él tardaría semanas, estaba muy equivocada, el mismo día que llamé me dieron cita para esa misma tarde. Estaba nerviosa y a la vez ilusionada, necesitaba una opinión y la verdad, ¿se puede mejorar o no? Fue muy amable desde el minuto cero, me explicó todo perfectamente, el procedimiento, el tipo de implantes que necesitaría, todo. Al mes siguiente ya estaba operada.

La intervención fue muy bien, tardaron más de lo previsto porque en la anterior operación no me habían corregido el problema, se limitaron a colocarme las prótesis sin darme la forma que necesitaba. Al día siguiente de la operación, el doctor me quitó la venda y pude ver como habían quedado, lloré de alegría, por fin tenía un pecho normal y bonito.

El posoperatorio fue genial, con muy poco dolor, prácticamente nada, en 20 días estaba perfecta. Las visitas siempre son con el doctor Junco, algo que para mí es muy importante puesto que él, mejor que nadie, sabe cómo fue la operación.

En definitiva, que estoy encantada, liberada y feliz, me cuesta mucho recordar cómo eran antes, es algo que ha cambiado mi vida. Es muy importante ponerte en manos de un buen cirujano, que sepa diagnosticar bien el tipo de pecho que tienes, y qué hay que hacer para corregir el problema. Gracias, Dr. Junco.
E.P.A. 02/07/2013

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